lo que era el amor para Lourdes.

Lourdes Rodriguez no era de ese tipo de personas que se asustan con facilidad. Ni tampoco de las que lloran por cualquier tontería o niñería sin importancia. Se había caído de columpios, de castillos y de cajas de cartón de metros de altura. Hasta de un elefante de juguete. Y allí estaba. Con cientoquince cardenales y doce cicatrices en su cuerpecillo, pero parecia no importarle a juzgar por su sonrisa de ortodoncista casi casi de oreja a oreja. Por eso no se había inmutado cuando meses atrás, doce días después de llegar por primera vez a Rusia, y digamos su Rusia, que no la existente en los mapas, había sentido como miles de luciérnagas poblaban su estómago de este a oeste y de norte a sur. Toneladas de ellas. A veces, cuando yo la miraba mientras se quitaba la camisa para ducharse, podía ver como su piel pálida brillaba en la oscuridad. Y estaba  segura de que si habría mucho la boca alguna de ellas se le escaparía rápidamente. Por eso, muchas veces, al sonreir o al reir demasiado, se tapaba rápidamente la boca con la mano derecha, impidiendo que alguna de las molestas luciérnagas que le poblablan el estómago dejara de alimentarse de su amor propio. Porque eso era el amor para Lourdes Rodriguez, un cúmulo de insectos en tu interior, devorándote las ganas de ser tú misma e inyectándote dosis altas de fiebre y algún que otro bajón de azúcar y de ánimo.

4 comentarios:

  1. ¿Ves? ¿Ves? Te dije que Lourdes me iba a enamorar :)

    Crêpes
    rellenos de
    Nutella.

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  2. Lourdes es totalmente amor. (si, amor del suyo)

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  3. Siempre he pensado que el amor sí que te devora por dentro de verdad, pero nunca me había dado por imaginármelo de esa forma. Como parásitos, como pequeños seres que no deberían estar ahí, como algo ajeno y dañino...

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  4. A mi también me gusta Lourdes y su visión del amor.

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