Nos gustaba morirnos un rato antes de dormir. Metidos en la cama fría, con las manos cruzadas sobre el pecho, mientras la brisa del viento que entraba por la ventana medioabierta nos susurraba el destino al oido. Alguna vez tú me asustaste y permaneciste muerto durante mucho rato, tanto, que casi pude oir las campanas repiquetear en la torre de la Iglesia cercana; fue tanto tiempo, que olí las flores que te pondría en el pecho antes de dejarte caer en un agujero de hormigón armado. Tú no despertabas. Tú corazón no latía. Y me asustó mucho pensar que alguna vez aquello que estábamos haciendo sería verdadero y yo ya no podría despertarte abrazándote el corazón con las manos, esperando a que se te abrieran los párpados rápidamente. Entonces, cuando te incorporabas levemente, me contabas que te hubiera apetecido más quedarte allí, muerto para siempre. Y a mí se me caían las lágrimas de tristeza de pensar que quizá serías tú mismo el que nunca dejaría a su pestañas levantarse de nuevo, para mirarme a los ojos. Que se te congelarían los océanos, guardados y encerrados en aquella prisión de carne flácida y caliente, mientras tus puños se convertían en pozos de hielo. Tenía tanto miedo, que a veces pensaba ganarte la partida y dejarme llevar por las tinieblas de la muerte precipitada, para esperar a encontrarme lo más pronto posible contigo. En cualquier otra parte.

5 comentarios:

  1. ah, no, los océanos no puede estar encerrados, así que empezar a jugar al escondite o al parchís, que resulta mucho más divertido y menos peligroso.

    (rayos, esta entrada me ha encantado)

    ResponderEliminar
  2. Es todo un placer leerte.
    Acabo de volar por otros mundos.

    ResponderEliminar
  3. mejor tener bien en claro que estaban jugando, y repasar la lista de cosas por las cuales el juego debería quedarse en solo un juego.

    p.d.: te agregaré a mi lista de enlaces, mi bosque entre los mundos.

    ResponderEliminar
  4. (solo puedo decir que creo que tu blog va a ser el blog estrella en Imagine)

    ResponderEliminar
  5. no me gustaría nada jugar a eso...

    ResponderEliminar