Para tí el sexo era comprobar después quién habia sido el ganador; es decir, quién había llevado tus bragas lo más lejos posible de tus tobillos pálidos. Siempre pensé que guardabas una libreta en tu escote, donde ibas apuntando quién iba siendo el primero, por lanzamiento longitudinal mayor. No era difícil llevar tu ropa interior hacia cotas más altas, teniendo en cuenta tu gran predisposición a librarte de ella lo más rápido posible, fuera donde fuese. aquí, allí o en el bar de la esquina. Pero es que el sexo contigo era algo de un espacio exterior, algo supremo.(y a la vez tan vacío). era solo follar porque no había amor ninguno, ni palabras ni nada de eso. a no ser que se tuviera encuenta el precio de tu sujetador de encaje y tu enamoramiento por él cuando lo viste en la percha de la tienda. si no, ninguno. nada de nada. por eso se te amontonaban los personajes nauseabundos a orillas de tus concurridas camas, buscando sólo un poco más de originalidad entre esquinas tan asiduas ya entre el humo de ciudades contaminadas. a tí nunca pareció importarte, que los hombres que te quitaran las bragas fueran unos asesinos o ladrones. sinceramente, te lo traía al fresco. tu vil coño, digo.

2 comentarios:

  1. Era una mujer de mala vida, sin más.
    pero creo imaginarla demasiado sensual para sonar vulgar.

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  2. Concuerdo con Albanie, nadie que se enamore de un sujetador de encaje con un precio desmesurable, puede ser muy vulgar...

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