Es tal el dolor que se cierne sobre nosotros, que confundimos los detalles más sencillos que se nos presentan. Humedecemos nuestra desgracia en el fango, uniéndola a la de los demás. Pero la separamos con gruesos muros, quedándonos sólo con lo nuestro y recordándoselo a los otros siempre. Nuestra misera es solo nuestra, aquella que siempre, y por norma general, será peor que la de cualquier otro sujeto.
Siempre es peor o, al menos, eso nos parece a todos.
ResponderEliminarUna bolsita llena de sugus de frambuesa.
extremadamente sensacional.
ResponderEliminarEs un reparto perfecto, todo el mundo tiene incluso más de la que necesita.
ResponderEliminarGenial texto :)
Un beso!
(L)
EMME